«No es posible no comunicar».
Recuerdo el impacto que causó en mi esta frase la primera vez que la escuché. Hizo que tomara consciencia de que el silencio también comunica, y a veces, de un modo más poderoso que las palabras.
Comunicamos con los silencios, con las palabras, con los gestos, con las expresiones faciales, con nuestras acciones…
En el contexto de la familia,la comunicaciónpositiva es la base para facilitar un buen clima familiar, para que se pueda transmitir afecto entre sus miembros, y para que se puedan fomentar sentimientos de entendimiento, respeto y pertenencia.
Dentro de ese ámbito familiar, hoy me gustaría llevar el foco a un tipo concreto de comunicación, la comunicación emocional.
¿Por qué es importante hablar sobre nuestras emociones en la familia? ¿Qué efectos tiene el comunicar cómo nos sentimos (o no hacerlo)?
Comunicación emocional.
Podemos tener una comunicación fluida en familia, hablar de muchos temas, escucharnos con respeto, hacer bromas, compartir planes… Así, puede que en apariencia no haya problemas de comunicación. Sin embargo, en ocasiones pueden existir dificultades para un tipo concreto de comunicación, la comunicación de las emociones.
¿Nos permitimos hablar de nuestras emociones? ¿Permitimos a los demás miembros de la familia hablar y expresar, en un ambiente seguro y aceptante, sus emociones? ¿Cualquier tipo de emoción?
Como madres y padres, es importante que nos hagamos estas preguntas, pues el que exista (o no) comunicación emocional dentro de la familia tiene efectos importantes.
Los efectos de la comunicación de las emociones en la familia
Los efectos de la comunicación emocional son variados, y afectan tanto a la familia como a nivel individual.
- Conexión y encuentro.
En primer lugar las emociones tienen un enorme valor: nos ayudan a guiarnos, nos conectan con nuestros deseos y necesidades, proporcionan motivación. Su expresión aporta información a los demás, y dota de autenticidad las relaciones con los demás y con uno mismo.
La comunicación fluida y libre de las emociones facilita los sentimientos de conexión con los demás miembros de la familia y el encuentro auténtico. La comunicación emocional evita los sentimientos de soledad, desamparo y abandono emocional que pueden existir aún cuando las necesidades físicas están cubiertas.
- Aceptación de las emociones.
No es difícil que algunas personas, o en algunas familias, exista un rechazo a las emociones, a las negativas, o incluso a todas en general. Pero no por rechazarlas dejarán de existir.
Cuando en familia se habla de las emociones con naturalidad, la niña y el niño aprenden que las emociones forman parte de nuestra naturaleza humana. Esto les ayudará a una mejor gestión emocional en un futuro. - Evitar el desbordamiento emocional.
Las emociones pueden resultar a veces desbordantes. Hablar sobre ellas es uno de los recursos a través de los cuáles dar y enseñar contención. Poder identificar, nombrar y expresar las emociones ayuda a una mejor gestión de las mismas y evita síntomas de ansiedad y depresión. - Autoconocimiento, autoaceptación y autoestima.
El autoconocimiento es la base de la autoaceptación y la autoestima.Y, éstas, son clave para lograr el bienestar y la felicidad. Para poder conocerse, aceptarse y amarse es necesario conocer, aceptar y amar el propio mundo emocional. - Gestión emocional.
A gestionar las emociones se aprende, igual que cualquier otra habilidad. Y, en gran medida, se aprende observando e imitando a los adultos.
Una de las habilidades importantes es diferenciarlas. Si no se realiza este aprendizaje, la persona engloba en categorías muy amplias lo que siente. Puede llegar a expresar: «me siento mal», sin poder diferenciar más allá. Según Daniel Goleman, autor del famoso libro Inteligencia Emocional, etiquetar las emociones es la piedra angular de la gestión de las emociones. - Protección contra las adicciones.
Las adicciones pueden conceptualizarse como un modo extremo de regulación (gestión) emocional. A pesar de todos los efectos perjudiciales que puede llegar a tener una droga, los efectos inmediatos se sienten como positivos. Relajación, evasión, placer…
Si no hemos aprendido a gestionar las emociones, somos más vulnerables a las adicciones, que producen un alivio inmediato y fácil a los estados internos negativos. - Protección contra el Trastorno Alimentario
En los trastornos de la conducta alimentaria existe adicción a la comida, “adicción” al adelgazamiento, “adicción” a la aprobación de los demás…La persona con trastorno alimentario tiene enormes dificultades en la gestión de sus emociones, no sabe cómo hacerlo de una forma que sea beneficiosa para ella, y lo hace a través de la comida; comiendo o dejando de comer cada vez que se siente mal.
«El trastorno alimentario es una expresión de malestar y una mala gestión emocional» –
–Adriana Rubinstein–
¿Qué tal si facilitamos, aprendemos y enseñamos la expresión directa del malestar?
Si tienes dificultades de comunicación emocional, a nivel personal o familiar, contacta con el Centro Tiban. Podemos ayudarte.
Beatriz Alvarez Valera
(en colaboración con el Centro Tiban)
Psicóloga colegiada M-16924
Especializada en trastornos alimentario, autoestima y dependencia emocional.
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