La Alianza Terapéutica
Por José Manuel Vázquez Díez
Consolidar la alianza terapéutica resulta curativa en sí misma (Losada y Donovan, 2017), por lo que es fundamental crear un contexto de intervención basado en la confianza y la cooperación; evitando en todo momento actitudes o comentarios críticos o culpabilizadores. En este sentido, es fundamental promocionar acciones que aumenten la capacitación, la autoestima y las expectativas subjetivas de éxito del paciente.
Del establecimiento de la alianza terapéutica depende en gran medida la adherencia al tratamiento. Según Losada y Donovan (2017), una de las primeras dificultades en los TCA es la falta de conciencia de la enfermedad. Es por ello que tomar como primer paso la psicoeducación, tal y como se recoge en la propuesta de Agras, Walsh, Fairburn, Wilson y Kraemer (2000), sería de interés; sobre todo en lo referente a la patología y los elementos mantenedores particulares.
Desde el primer momento se debe animar al paciente a que adopte una posición activa en su recuperación. Se le ha de motivar para modificar las conductas patológicas desde el inicio del tratamiento. Al poseer información veraz sobre el problema, podrá tomar decisiones razonadas y adecuadas de autocuidado. En la intervención terapéutica se facilitarán herramientas para hacerlo.
Si el paciente entiende lo que le pasa y se siente comprendido por el terapeuta, puede estar más dispuesto y motivado a colaborar y comprometerse con el proceso de recuperación. Es necesario que confíe en las propuestas del terapeuta. Ayudar a que conozca su estilo idiosincrático de interpretar la realidad le permitirá modificarlo mediante la aplicación de la evidencia y la lógica (Riso, 2009).
Si obtiene resultados positivos de cambio, aumentará la confianza en el terapeuta, en sí mismo y en el proceso terapéutico. Mantener la alianza terapéutica es esencial en todas las etapas del proceso.
La motivación para el cambio
La motivación al cambio es una dimensión importante que tratar en los TCA. Los pacientes encuentran frecuentemente utilidad en los síntomas y expresan algún grado de ambivalencia ante el cambio (Serpell, Treasure, Teasdale y Sullivan, 1999). Con la conducta disfuncional se intenta aliviar la tensión interna generada por la incapacidad de sostener y gestionar estados displacenteros y emociones negativas como el estrés, la frustración o la culpa. En este sentido, la propuesta sería proporcionar herramientas de gestión emocional y de solución de problemas para que los momentos difíciles puedan ser gestionados adecuadamente y no a través de la ingesta. De esta manera se pretende motivar al cambio a través de la autocapacitación, la autonomía y la promoción de la autoestima (Losada, 2011).
La entrevista motivacional (Miller y Rollnick, 2015) es una técnica que aporta herramientas para afrontar situaciones en las que las estrategias habituales de promoción al cambio conductual no parecen ser eficaces. Se dirigen a las conductas de restricción alimentaria egosintónicas y tienen como finalidad la externalización de éstas. Para ello se propone:
- La creación de una lista de pros y contras actuales del cambio.
- La creación de una lista de pros y contras futuros del cambio.
- El coste de cambiar y las limitaciones actuales compensadas por el trastorno.
- Dialogar sobre la autoeficacia percibida, posibles dificultades y la toma de acción.
El modelo trans-teórico del cambio (Prochaska y DiClemente, 1984) asume que el cambio de conducta es un proceso gradual dividido en fases en el que hay que tener en cuenta las recaídas. Repasar los logros alcanzados, analizar las estrategias que han sido más útiles y diseñar un plan de acción a medio plazo, puede ser útil como estrategia para apoyar la motivación al cambio; para ello se han de tener en cuenta los factores de riesgo y las recaídas como parte inevitable del proceso de aprendizaje terapéutico.
José Manuel Vázquez Díez
Psicólogo
Referencias:
Bibliografía:
Agras, W. S., Walsh, B. T., Fairburn, C. G., Wilson, G. T., y Kraemer, H. C. (2000). A multicenter comparison of cognitive-behavioral therapy and interpersonal psychotherapy for bulimia nervosa. Archives of General Psychiatry, 57 (5), 459-466.
Losada, A. V. (2011). Abuso sexual y patologías alimentarias (tesis doctoral). Universidad Católica Argentina.
Losada, A, V. y Donovan C. (2017). Terapia cognitiva y terapia familiar en anorexia nerviosa y bulimia nerviosa. Alternativas cubanas en Psicología, 5 (15).
Miller, W. R. y Rollnick, S. (2015). La entrevista motivacional. Ayudar a las personas a cambiar. Paidós.
Prochaska, J. O., y DiClemente, C. C. (1984). The transtheoretical approach: Crossing traditional boundaries of change. Dorsey Press.
Riso, W. (2009). Terapia cognitiva. Paidós.
Serpell, L., Treasure, J., Teasdale, J. y Sullivan, V. (1999). Anorexia nervosa: Friend or foe? International Journal of Eating Disorders, 25 (2), 177–186.
https://lamenteesmaravillosa.com/la-alianza-terapeutica-vinculo-sanador/
https://journals.copmadrid.org/clysa/art/ef0d3930a7b6c95bd2b32ed45989c61f
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