F.O.M.O: De la envidia en la red, al bienestar en la realidad
Por Beatriz Quero
El F.O.M.O., fear of missing out o miedo a perderse algo en castellano, es un término que está cogiendo popularidad entre los jóvenes. Este se refiere a la sensación de malestar e intranquilidad, derivada de la preocupación por estar perdiéndose experiencias significativas que amigos o conocidos están viviendo.
Este miedo está estrechamente relacionado con las redes sociales y la constante conectividad, ya que muestran continuamente las actividades y planes sociales que comparten las personas, lo que conduce a comparaciones con vidas aparentemente perfectas. Este temor por perderse algo lleva a quienes lo padecen a permanecer siempre conectados, lo que puede conducir a una adicción a las redes sociales. Además, el hecho de que tendemos a publicar nuestras actividades en estas plataformas contribuye a que las personas que sufren de F.O.M.O se sientan aún más angustiadas cuando no pueden participar en algún evento, ya que lo visualizan a través de las redes.
¿Qué es lo que desencadena el temido F.O.M.O?
Somos seres sociales por naturaleza, crecemos y maduramos en sociedad, por lo que es lógico que desarrollemos una necesidad de pertenencia y de mantener relaciones interpersonales. Cuando sentimos que estas conexiones sociales están en riesgo, lo percibimos como una amenaza, ya sea por la posibilidad de estar ausentes en un evento importante o de ser excluidos de nuestra comunidad o grupo, experimentando un profundo temor.
El F.O.M.O se da por la combinación de la creencia de que nos estamos perdiendo algo y un comportamiento compulsivo de búsqueda de cercanía con la intención de recuperar esa conexión social. En esa incansable búsqueda de restablecer el contacto social, es donde las redes sociales pueden convertirse en un arma de doble filo. Las redes sociales unidas al F.O.M.O. llevan a las personas a estar 24 horas al día conectadas, revisando perfiles, tratando de estar al tanto de todas las novedades, con el fin de evitar sentirse excluidos o desinformados. Estos comportamientos pueden conducir a los sujetos a estar más pendientes de la vida de los demás que de la suya propia, e incluso a desarrollar adicciones a las tecnologías y a las redes sociales.
Los adolescentes son especialmente susceptibles a este fenómeno debido a su alta presencia en redes. Además, ciertas características personales, como el miedo a no estar presente, a que la gente se olvide o al abandono, pueden aumentar el riesgo de desarrollar F.O.M.O.
Consecuencias del F.O.M.O. :
Este miedo puede afectar a la salud y bienestar general de quienes lo experimentan. A continuación, vamos a repasar los distintos síntomas y conductas desadaptativas que pueden surgir como consecuencia del F.O.M.O.
- Adicción a redes sociales: la necesidad de mantenerse conectados para evitar perderse algo puede desencadenar en un uso compulsivo de las redes sociales y los dispositivos móviles, pasando innumerables horas conectados a las pantallas y, en algunos casos, llegando a considerarse una adicción.
- Distracción persistente: la adicción a las redes y la necesidad de estar pendientes de la vida de los demás puede resultar en una falta de atención en el momento presente. Esto puede conllevar una reducción en la calidad de tus relaciones interpersonales, ya que en las interacciones cara a cara, estás más pendiente del teléfono que de la persona.
- Ansiedad y estrés: la preocupación por estar perdiéndose algo y la necesidad de aprobación constante pueden generar niveles elevados de ansiedad y estrés. Esto puede manifestarse en pensamientos autocríticos negativos como: “estarán hablando mal de mí”, “no les caigo bien”, “no les intereso”. También pueden surgir pensamientos catastróficos sobre la posibilidad de pérdida como: “se han olvidado de mí” o “voy a acabar solo”, así como síntomas físicos como palpitaciones, mareos, sudoración, dificultad para respirar, dolores de cabeza o estomacales, entre otros.
- Comparación social: Existe una fuerte tendencia a compararse con la vida de los demás, provocando sentimientos de inferioridad, inseguridad e insuficiencia. La falsa creencia de que la vida de los demás es más emocionante o gratificante que la tuya propia y la angustia por no estar experimentando tales vivencias, son la característica principal de las personas con F.O.M.O. Estas comparaciones se ven incrementadas mediante el uso de redes sociales.
- Depresión: La comparación social y los pensamientos ansiosos pueden generar un enorme malestar y, en algunos casos, pueden desencadenar sintomatología depresiva. Sentimientos de tristeza, una baja autoestima, sentimientos de soledad o dificultades para dormir son algunos de los síntomas depresivos que pueden surgir entre aquellos que experimentan F.O.M.O.
- Presión por pertenencia: El miedo a perderse algún acontecimiento puede llevar a las personas a acudir a planes o acontecimientos sociales, incluso cuando no desean hacerlo. Asimismo, puede conllevar que la persona actúe o diga cosas que normalmente no haría, solo por la intención de agradar al grupo y encajar. Este tipo de conductas pueden desencadenar en relaciones superficiales, una disminución de las sensaciones placenteras, falta de seguridad en sí mismo, falta de motivación, problemas de alimentación y de sueño, fatiga, disminución del rendimiento, burnout, etc.
Es esencial identificar este fenómeno y adoptar las medidas pertinentes para paliar este temor, lograr un equilibrio en nuestro uso de las tecnologías y fomentar nuestra salud mental y bienestar. Por ello, a continuación, vamos a explorar varias estrategias que podemos llevar a cabo para evitar el F.O.M.O.
Cómo evitar el F.O.M.O. :
- Establecer tus prioridades: tómate un momento para reflexionar e identificar aquello que verdaderamente es valioso para ti, así como tus metas y objetivos. Una vez tengas claras tus prioridades, será más sencillo tomar decisiones que estén alineadas con tus metas y valores, facilitando así que rechaces planes que no casen con estos. Además, al tener tus prioridades identificadas, ver a otras personas por redes sociales en eventos en los que no estás presente, no te generará tanto malestar, puesto que has tomado la decisión de forma consciente.
- Limitar el tiempo en redes sociales: reducir el tiempo que pasas en redes sociales puede ayudar a disminuir las comparaciones sociales y los sentimientos de malestar por ver experiencias y vidas aparentemente más emocionantes. Además, desconectarte de las redes, puede ayudarte no solo a conectar contigo mismo, sino a conectar con las personas de tu alrededor y disfrutar de relaciones reales.
- Tiempo de calidad: dedica tu tiempo a cuidar y disfrutar de tus relaciones sociales, dejando de lado los dispositivos y plataformas digitales. Esto promoverá que establezcas relaciones más profundas y reales, al tiempo que reduce tus sentimientos de soledad y tristeza.
- Meditación y Mindfulness: puedes practicar la meditación y el mindfulness, para centrarte en el “aquí y ahora” y calmar la mente. Pasar un rato alejado de las pantallas, centrarte en el presente, en tus respiraciones, en tu cuerpo, puede ayudarte a calmar esos pensamientos angustiantes. Actividades como pasear por la naturaleza o escribir, también pueden ayudarte a recuperar esa sensación de equilibrio.
- Autocuidado: dedica tiempo cada día para cuidarte y fomentar tu bienestar mental y físico, realizando actividades que te brinden placer. Valorar y cuidar el tiempo a solas puede ayudarte a mejorar tu autoestima, a ponerte en valor y a disfrutar de las actividades que no involucran a terceras personas.
- Practica la gratitud: lleva un diario de gratitud donde escribas diariamente aquellas cosas por las que estás genuinamente agradecido. Esto te ayudará a apreciar las cosas positivas de tu vida, reduciendo las comparaciones negativas y la sensación de insuficiencia.
- Céntrate en tu autoestima: trata de evitar comparaciones destructivas, recuerda que cada persona tiene su propia vida, con altos y bajos. Enfócate en ti, en el momento presente y en disfrutar de aquello que sí tienes.
- Terapia: si estas preocupaciones te están generando mucho malestar y no estás siendo capaz de gestionarlo solo, considera buscar ayuda profesional. Esto te proporcionará las herramientas que necesitas para mejorar tu bienestar y superar estos desafíos emocionales.
Cada persona tiene su propia historia, con altibajos, alegrías y desafíos. Compararse con otros solo te llevará a una frustración basada en una falsa creencia de que sus vidas son más apasionantes, completas o felices. Lo que se muestra en redes sociales no refleja la realidad al completo, sino una selección de aquello que queremos mostrar al exterior, exponiendo raramente los momentos de bajón o de aburrimiento. Por lo tanto, no idealices las vidas ajenas ni infravalores la tuya propia. Céntrate en tu camino, en tu presente, cuidando de tus relaciones y trabajando para alcanzar tus propias metas. No necesitas tenerlo todo, sino valorar y agradecer aquello que tienes, como dijo Oprah Winfrey, “sé agradecido por lo que tienes y terminarás teniendo más. Si te concentras en lo que no tienes, nunca tendrás suficiente”.
Beatriz Quero
Psicóloga
Referencias:
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