Estudio:
TRASTORNOS ALIMENTARIOS
Y ESTILOS DE APEGO
LA TEORIA DEL APEGO
La teoría del apego, planteada por el psicoanalista John Bowlby, explica cómo en los niños existe la tendencia a formar un vínculo fuerte y fundamental con la figura materna, con el objetivo de sobrevivir. El tipo de vínculo que se establezca entre el niño y su figura de apego dependerá de si se satisfacen o no las demandas del pequeño (de si se le presta adecuada atención cuando llora, por ejemplo), de los sentimientos referidos tanto a sí mismo como a la figura de apego (cariño, preocupación, sensación de seguridad etc.), y la representación mental que el niño haga de esa misma relación apego (una visión positiva de sí mismo y de los demás, o, todo lo contrario). De este modo, dependiendo de todos estos factores, se puede dar un tipo de apego, un tipo de vínculo con la figura de apego, u otro.
ESTILOS DE APEGO
Generalmente se habla de cuatro estilos de apego principales:
– Apego seguro: en este caso, la figura de apego atiende a las necesidades de sus hijos cuando estos la necesitan de manera consistente, proporcionando una base segura para sus hijos desde la cual explorar. Si la figura de apego no está presente, los niños muestran cierta preocupación, disminuyendo las conductas de exploración de su medio, y alegrándose enormemente cuando la madre regresa.
– Apego inseguro-evitativo: figuras de apego que no responden a las necesidades de su hijo, de manera que el niño no reconoce a la madre como una base segura a la que recurrir. De este modo, a la hora de explorar, estos niños lo hacen independientemente de si la madre está presente o no, les es indiferente. Incluso si la madre se va y regresa, los niños ni se alegran ni buscan el contacto con ella. A veces puede pasar que, si la madre busca el contacto con su hijo al volver, el niño la rechaza o llora sin consuelo al estar con ella.
– Apego inseguro-ambivalente: figuras de apego que a veces responden a las necesidades de los niños y a veces, no, de manera inconsistente. Así, el niño tiene igualmente una reacción inconsistente. Puede alegrarse mucho de la presencia de su madre, puede ignorarla, puede llorar sin consuelo o estar tranquilo. Figura de apego ambivalente, conducta del niño ambivalente.
– Apego desorganizado: este apego, este tipo de vínculo o de relacionarse, se da en situaciones en las que las figuras de apego llevan a cabo conductas de abuso o violencia alternadas con muestras de mucho cariño. Los niños terminan desarrollando conductas extrañas, como mirar hacia otro lado mientras su madre les sostiene o caminar hacia su madre con una mirada perdida y monótona.
ESTILO DE APEGO Y TRASTORNOS ALIMENTARIOS
Estas reacciones que tienen los niños dependiendo de cómo se vinculen con sus figuras de apego, pasarán a ser las estrategias que utilicen en un futuro para controlar la ansiedad, la frustración y el malestar. Aunque el mecanismo de regulación emocional más eficaz es el contacto con la figura de apego, si se dan rupturas reiteradas (como puede ocurrir con una figura de apego ambivalente) el niño buscará otros recursos para autorregularse. Y, en su vida adulta, recurrirá a ellos igualmente, aunque no le resulten adaptativos. Las patologías más habituales que se derivan de una mala regulación emocional son los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), las adicciones o la pertenencia a grupos violentos. En lo relacionado con los TCA, parece existir una relación significativa entre el apego inseguro y un futuro trastorno de conducta alimentaria.
ESTUDIO: TRASTORNOS ALIMENTARIOS Y ESTILO DE APEGO
En nuestro estudio, pretendemos averiguar si existe una relación entre los diferentes estilos de apego y las personas que padecen atracones, un factor común a algunos TCA.
Para la realización de esta investigación han participado 34 mujeres, con edades comprendidas entre los 17 y los 36 años. La mitad de ellas contaban previamente con un diagnóstico de TCA en el que estaban presentes los atracones y, la otra mitad, no. De este modo, procedimos a evaluar el tipo de apego que se presentaba en cada una de ellas a partir de un muestreo de tipo no probabilístico que tenía como objetivo investigar la correlación entre atracones como gestión emocional y tipos de apego a través del cuestionario Apego adulto de Melero y Cantero (2008). Se hizo vía online en un período de tiempo determinado, concretamente, tres semanas.
RESULTADOS DEL ESTUDIO
En los resultados obtenidos se observó que el apego inseguro se daba en ambos grupos, siendo predominante en el grupo experimental. En cambio el apego seguro solo se daba de forma minoritaria en el grupo control.
Hay diferencias, ya que en el experimental predomina el apego temeroso hostil/ huidizo temeroso, en cambio en el de control destacan dos apegos, el temeroso hostil/huidizo temeroso y el huidizo alejado.
En conclusión, la limitación de esta investigación fue la dificultad de clarificar si el apego inseguro tenía algún tipo de relación con el trastorno por atracón a través de factores de la personalidad (el neuroticismo o la extraversión, la insatisfacción corporal etc.)
Además el resultado determina que en ambos grupos predomina el apego inseguro, destacando en el grupo experimental el temeroso hostil/huidizo temeroso, coincidiendo con otras investigaciones ya realizadas donde se confirma la correlación entre apego inseguro y el desarrollo de un Trastorno de Conducta Alimentaria.
Por otra parte, el estilo de apego influye en algunas características de la personalidad (miedos, emociones, vínculos afectivos, etc.). Por ejemplo en el apego temeroso hostil/huidizo temeroso, la mayoría de los participantes (62,5%) combinaban una alta autosuficiencia emocional e incomodidad con la intimidad, con una baja autoestima,etc. Otro ejemplo sería el apego preocupado, donde los participantes (31,25%), se caracterizaban por baja autoestima, necesidad de aprobación y miedo al rechazo, así como moderada/alta expresividad de emociones y comodidad con las relaciones.
Por tanto, en los trastornos alimentarios, la conducta de atracón tiene el fin de encontrar el equilibrio entre la regulación emocional y el funcionamiento interpersonal.
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El estudio fue realizado por: Iride Calzona García, Lucía Casado Llorente, Cristina Moreno Torres, Sonia Muñico Muñoz, Cristina Ortega Rueda, Esther Pérez Marín, Celtia Quintáns Tuñas, Olga Zontava Aleksandrovna.
Coordinación: Adriana Rubinstein Agunin – Centro Tiban
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