¿Por qué no puedo dejar de procrastinar? La ciencia detrás del hábito y cómo vencerlo
Por Beatriz Quero
¿Cuántas veces te has propuesto hacer algo y has acabado posponiéndolo y perdiendo el tiempo, hasta el punto de no llegar a hacerlo nunca? Esto se denomina procrastinación y puede tener consecuencias negativas en tu salud mental y bienestar emocional.
La procrastinación es el hábito de retrasar actividades o situaciones en lugar de enfrentarlas, optando por ocupar el tiempo en otras tareas más irrelevantes o placenteras. Procrastinar no te convierte en una persona vaga o perezosa; la explicación es un poco más complicada que eso y está más relacionada con una mala gestión emocional.
A menudo, la procrastinación se debe a la falta de interés o al estar distraído. Sin embargo, para quienes no se vean identificados con estas razones, la psicología ofrece otros factores que pueden estar influyendo y que impactan directamente en la salud mental. A continuación, vamos a abordar dichos factores.
En primer lugar, vivimos en una sociedad sobreestimulada, lo que ha repercutido en nuestra capacidad de posposición del placer, buscando la gratificación inmediata. Esto impacta en nuestra disposición para cumplir con nuestras responsabilidades, puesto que preferimos realizar tareas más sencillas y agradables en lugar de aquellas que demandan más esfuerzo. No obstante, son estas tareas más demandantes las que suelen brindarnos un crecimiento personal y nos otorgan un placer más duradero, aunque sea a largo plazo.
Por otro lado, el miedo al fracaso y a no cumplir con nuestras propias expectativas, o las de los demás, puede llevarnos a posponer el enfrentamiento de situaciones retadoras por temor a no lograr lo que nos proponemos. Estas inseguridades pueden llevarnos a evitar dichas situaciones, impidiéndonos alcanzar nuestros objetivos vitales. Este miedo al fracaso está estrechamente relacionado con el perfeccionismo: las personas perfeccionistas, al dudar de su capacidad de realizar una tarea a la perfección, pueden pensar que no vale la pena intentarlo, lo que a menudo resulta en la evitación o demora de la tarea. Este miedo al fracaso y la falta de confianza en nuestra capacidad de enfrentar o completar las cosas que nos proponemos también está relacionado con otra causa de procrastinación: la baja autoestima.
Por último, la falta de motivación en la tarea puede ser un factor clave en la procrastinación. Cuando intentamos adoptar un nuevo hábito, el entusiasmo puede no surgir de inmediato, complicándonos la implementación de este. Aquí es cuando se suele hablar de la fuerza de voluntad; el problema es que a menudo se la considera una cualidad innata, algo que se tiene o no se tiene, lo cual es un concepto erróneo. En realidad, no es algo con lo que se nace, sino que se cultiva. Más tarde te explicaré cómo hacerlo.
Consecuencias en la Salud Mental
Ya hemos visto que la procrastinación es mucho más que dejar las cosas para otro momento; a continuación, vamos a explorar las consecuencias que puede tener en nuestra salud mental.
En primer lugar, la procrastinación puede causar altos niveles de estrés y ansiedad. Al posponer tareas, las responsabilidades se van acumulando, lo que aumenta la sensación de tensión y malestar. Este ciclo de postergación genera una carga emocional que puede volverse difícil de manejar.
Además, posponer nuestras responsabilidades puede provocar sentimientos de culpa y frustración al no cumplir con las metas y objetivos que nos habíamos propuesto. La sensación de fallar nuestras propias expectativas puede resultar muy desalentadora.
Finalmente, procrastinar está vinculado a la baja de autoestima y la falta de confianza en uno mismo. No cumplir nuestras metas y objetivos debido a la postergación constante puede minar nuestra autoestima, ya que sentimos que estamos fallándonos a nosotros mismos al no estar luchando por alcanzar los objetivos que nos habíamos propuesto.
Cómo Superar la Procrastinación
Ahora que hemos comprendido del todo el hábito de la procrastinación, es momento de explorar cómo sobreponernos para fomentar nuestro bienestar. Primero que nada, debemos hacer introspección y tomar conciencia del motivo por el que estamos posponiendo una tarea u obligación. Ser honestos con nosotros mismos y reconocer nuestro estado emocional o las circunstancias que nos llevan a procrastinar es el primer paso para buscar una solución y abordar el problema.Una vez que identificamos lo que nos está frenando, existen diversas estrategias que pueden ser útiles para disminuir la tendencia a procrastinar. Como mencioné anteriormente, tendemos a creer que la fuerza de voluntad es algo que se tiene o no se tiene, pero en realidad, es la consecuencia, no la causa, de lograr nuestros objetivos. Esta consecuencia no es inmediata; lleva tiempo desde que comenzamos a cambiar un hábito hasta que surge la motivación. Durante este periodo, que puede ser difícil, es importante tratar de anticipar los beneficios a largo plazo. Por ello, una estrategia efectiva es visualizar la meta al final, recordándonos con frecuencia por qué estamos luchando por alcanzarla. No obstante, cuando las metas requieren mucho tiempo y esfuerzo, esto puede ser insuficiente. Como mencionamos anteriormente, tendemos a buscar la gratificación inmediata y ese primer periodo puede ser desagradable. Para contrarrestar esto, es útil establecer subobjetivos a corto y medio plazo, con pequeñas recompensas que ayuden a conseguir la motivación a lo largo del camino. Al establecer metas, es crucial que sean realistas, encontrando un equilibrio entre que requieran el esfuerzo necesario para nuestro crecimiento personal y lo que está dentro de nuestras capacidades. Además, es importante fijar plazos realistas para alcanzar tus objetivos, evitando así la desesperación que a menudo conduce a la procrastinación. Las metas alcanzables y los subobjetivos claros son especialmente beneficiosos para quienes temen no ser capaces de lograr sus propósitos, puesto que reducen la sensación de falta de control.
Por último, no huyas a la posibilidad de fracaso. Cambiar el enfoque de evitar el fracaso a toda costa, para centraros en la posibilidad de lograr lo que nos proponemos y disfrutar el proceso es fundamental. Tomar acción en sí mismo promueve el crecimiento personal, lo cual ya puede considerarse un éxito. Es importante aprender a ver los errores como una posibilidad más, y no como algo catastrófico.
Sin embargo, el miedo al fracaso, la ansiedad y la baja autoestima son problemas emocionales que pueden paralizarnos y no es fácil superarlos por cuenta propia. Por ello, no dudes en buscar ayuda terapéutica, donde puedas abordar estos temas en profundidad y recibir el apoyo necesario para superarlos.
Recuerda que la procrastinación es un hábito que puedes vencer. Superarla es reclamar el control de tu vida y desbloquear tu verdadero potencial.
Beatriz Quero
Psicóloga
Referencias:
Gabriela. (2023, 6 septiembre). La psicología detrás de la procrastinación y cómo superarla. Psicología Online Avanzada. https://psicologiaavanzada.es/la-psicologia-detras-de-la-procrastinacion-y-como-superarla
Miglietta, L. (2022, 15 noviembre). El hábito de postergarlo todo: procrastinación. Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/habito-postergarlo-todo-procrastinacion
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